lunes, 16 de marzo de 2009

ACHIEVING YOUR AIMS: 3 EASY STEPS...

Hola
Camelas propone, desde mi punto de vista acertadamente, este tema:
http://www.clarin.com/shared/v8.1/swf/fullscreen_video.html?archivo=http://videosfla.uigc.net/2008/07/29/rp.flv
Y, bueno, qué decir… A ver, sobre este asunto yo distinguiría el fondo de la forma. Dejando para el final mi opinión sobre el mensaje (el fondo, de lo que trata la conferencia), diré en cuanto al formato de la cosa que, por mi parte, cuando me repusiera de las arcadas, le propiciaría una entusiasta eutanasia a garrotazos a este tipo.
¿Por qué?. POR IMPÚDICO. Pienso que es necesario distinguir la esfera pública de la privada, absolutamente necesario, y mantener fuertes muros que separen una de otra. Y, voy más allá, incluso soy partidario de salvaguardar una esfera aún más cercana al núcleo de la persona, la esfera de la intimidad.…. ésa a la que en ocasiones asomas un poquito a tu novi@, a tus amigos, o a un desconocido en un bar, por qué no, pero sólo un poquito y sin cámaras de por medio... Sin duda hay fenómenos como la muerte que pertenecen a esta última esfera, a la intimidad pura y dura. La prensa amarilla/rosa es la que vive de hacer una mercancía esa dimensión, la que a la postre vive de vender impudicia. Pero la sociedad mediática no debería jamás meterse ahí, por mucho que el público morboso premie la programación carroñera con un magnífico share. Alguien debería impedirlo… La tipa inglesa que quería vender en directo su muerte a los canales televisivos, o este hombre, son un ejemplo de sobreexposición de los medios, que colonizan esferas no ya privadas, sino incluso íntimas, y meten la luz y los taquígrafos, los focos, el espectáculo, las exclusivas, donde nunca jamás deberían estar. Si alguien quiere entretenerse, debería ver dibujos animados o películas, pero no declaraciones de moribundos.
En fin, opino que este tipo no ha aprendido la lección de humildad que dice haberle enseñado su padre. Si su objetivo es, como dice incoherentemente al final, un mensaje para sus 3 churumbeles, no necesita ir a la tele a repetir una conferencia que ya dio... No necesita que el público se ría cada 45 segundos, como mandan los cánones de esta oratoria tan americana, ni hacer flexiones, no necesita un montaje en el que sus palabras se intercalen con las miradas vidriosas de las pavas enternecidas, no necesita un power point. Que te queden dos meses de vida y soltar tu mensaje en ese formato se explica más bien desde el exhibicionismo, desde la búsqueda de 15 minutos de gloria que decía Warhol todos necesitaban… y desde la existencia de “demanda”, desde el carroñeo de una sociedad hipermediatizada que consume sentimientos como el que consume sugus… ya cité este año la película de Jim Carrey, que nunca recuerdo cómo se llamaba…
Y, bueno, en cuanto al mensaje. Hay un tufo realmente pestilente a esa especie de “autoayuda” tan americana tristemente en auge, a psicología barata, a esa idea de que comprando un libro y siguiendo los 10 pasos que ahí se le cuentan, Vd. puede hacerse rico, ser feliz, superar sus complejos, y toda esa basura… en fin, residuo pseudo-académico para mentes perezosas, simples, pasivas y de intelecto infradesarrollado. Pero al margen de ese tufillo, y por decir de una vez algo positivo de este hombre, reconozco que coincido plenamente con su idea de que la alegría es, a veces, una opción. Que uno puede ser, ante la misma cosa, o bien optimista, curioso, entusiasta, o bien un quejica plañidero, un quemado y un capullo. A veces, tal vez más de las que parece, podemos escoger uno u otro camino, es sólo una cuestión de decisión personal cómo “interpretemos” el mundo… la felicidad, vista así, es algo mucho menos “objetivo” y mucho más “subjetivo”, depende más del sujeto que del objeto, de cómo te tomes lo que tengas, no tanto de qué tengas... Me parece evidente… Y, en fin, también coincido con la idea que expone de que tal “correcto enfoque”, hasta cierto punto, tiene que ver con una infancia “adecuada”. Es muy freudiano, pero coincido. Unos “buenos” padres allanan el camino para que de mayorcito uno afronte la vida (y sus reveses) con la buena actitud que requiere eso que se llama “felicidad”. No es determinante, pero sí muy importante.
Si os interesan esos temas es muchísimo mejor, pero que mil veces mejor, leer La conquista de la felicidad, de B. Russell. Claro que leer ese libro no lleva 10 minutos, ni nadie hace flexiones, y no hay una presentación con una pantalla detrás, así que las pavas de ojos vidriosos serían incapaces de afrontar una lectura así… ésas con este vídeo tiene bastante, y si se quedan con ganas pueden ir a la librería más cercana a buscar algo de autoayuda… pero a vosotros, sin duda, os recomiendo a Rusell.
Bueno, no sé qué pensáis vosotros.

lunes, 9 de marzo de 2009

el día de la mujer... pero... ¿no está Bibiana mucho más buena que Pedro?

La mujer objeto, ideal de mujer en una sociedad machista, era guapa, tonta, superficial y de proporciones perfectas (vamos, Barby). Las cosas han cambiado, y la mujer objeto ha sido enterrada, como ideal, por la mujer moderna; ésta sería legalmente y de hecho igual al hombre, emancipada a nivel profesional, económico, sexual y reproductivo, inteligente, segura… vamos, lo opuesto a la mujer objeto. ¿O no?.
Yo creo que no. Mi teoría es que en el ideal de mujer moderno subsiste una característica fundamental de lo que era la mujer objeto, y que eso tiene unos efectos nefastos. Me refiero a la belleza. ¿Suena raro, eh?. Pero tengo mis razones para pensar eso, y mi teoría es que la supervivencia de esa característica del modelo de mujer-objeto anterior, es algo que lastra la psique de la mente moderna, un ancla atada al cuello que las lleva por un triste camino...
A ver si me explico. ¿Habéis visto lo buenas que están las que acompañan a James Bond, las que saca el Wyoming en su programa, las que hacen los anuncios… vaya, yo iría más allá… es que no están buenas las que presentan el telediario… es que no está buena LA MINISTRA DE IGUALDAD?... estar buena, me refiero, a si se la compara con su homólogo: compara a la que abre el telediario con el de deportes, compara a Wyoming con cualquiera de las tías que le circundan, compara a Bibiana Aído con Pedro Solbes….
Y, lo que es peor… ¡son jóvenes!. Muy jóvenes. Antonio Banderas sigue ahí, Sean Connery, George Clooney… algunos podrían ser abuelas de la super-chica que se enamora de ellos en sus pelis. Y dentro de 20 años, las chicas-bond se habrán retirado, ya no serán contratadas en Hollywood, pero ellos, si siguen vivos, seguirán “enamorándolas” en la ficción.
Bueno, el asunto es que si echáis un ojo a las feministas de hace unos, pongamos, 25 años, eran mujeres feas, desaliñadas, con un hermoso brote de pelo sobaquero…. esa gran Cristina Almeida…. Ellas no habrían renunciado a acabar con el estereotipo de la mujer objeto como mujer florero. Sabían que ahí había algo muy importante en juego.
Pero ahora, año 2009, en una manifestación por la igualdad de la mujer, las chicas suelen estar perfectamente depiladas, jugando en sus vidas una interminable batalla contra el peso y, lo que es peor, una terrible y cruenta confrontación, perdida de antemano, contra el tiempo. Me gustaría saber si los iconos de la mujer moderna, pongamos p.ej. una presentadora de telediario, o la ministra de igualdad, se depilan, si leen el Cosmopolitan y qué piensa al ver esas chicas tan jovencísimas y estupendas retocadas con photoshop, si tienen cremas antiarrugas y qué piensan de las implicaciones éticas y políticas de todo ello, lo que ello supone de supervivencia de un modelo que creen (y es) su enemigo.
Bueno, lo cierto es que me gustaría haber visto a una mujer tipo Cristina Almeida en el ministerio de igualdad, bastante más que a esta. Una anti-barby. Aunque fuera por discriminación positiva, me hubiera encantado ver a una mujer fea, gorda y vieja, como suelen ser los ministros, como son tantas y tantas mujeres cuando paseas por la calle… sí, una así, reivindicando la igualdad. Lo hubiera visto más coherente.¿no?